¿Cómo se usa un peritaje en una denuncia penal?

Francisco Javier Gaytán Cruz
18 jun
2 Min. de lectura

En el ejercicio profesional, me he encontrado con una constante: personas que tienen elementos, sospechas o incluso evidencias valiosas… pero que no saben cómo utilizarlas jurídicamente.

Una de las herramientas más potentes en cualquier proceso penal —y también una de las más subestimadas— es el peritaje.

El peritaje no es un trámite. Es una herramienta estratégica.

Un peritaje bien planteado puede marcar el rumbo de un caso. No se trata de llenar el expediente, sino de fortalecer una hipótesis penal con respaldo técnico. La diferencia entre señalar algo y probarlo está, muchas veces, en manos de un perito.

Por ejemplo:

Un peritaje psicológico puede acreditar daño emocional o analizar la credibilidad de un testimonio.
Un grafoscópico puede confirmar si una firma fue falsificada.
Uno contable puede revelar inconsistencias o desvíos financieros.
Un médico puede precisar la relación entre una lesión y el hecho denunciado.
Un informático, rastrear accesos indebidos o alteraciones digitales.

¿Y cómo se usa?

Puede integrarse desde la denuncia. No es necesario esperar a que la Fiscalía lo solicite. Cuando se entrega un peritaje como parte de una querella, se está brindando a la autoridad no solo una versión de los hechos, sino una base técnica sobre la cual actuar.

También puede solicitarse como parte de la defensa, para cuestionar o contradecir versiones de la contraparte, o para presentar una interpretación científica alternativa.

Nuestro equipo trabaja con peritos desde la etapa más temprana de cada caso. Esto nos permite anticipar escenarios, preparar la estrategia con mayor profundidad y ofrecer al juzgador una visión técnica, estructurada y objetiva de los hechos.

Porque no se trata de tener razón. Se trata de poder probarla.

— Francisco Gaytán Abogado penalista | Litigio estratégico | Fundador de Gaytán Legal®